Ingredientes:
- 1 Kg de mejillones.
- 5 ajos.
- Una copita de vino blanco tipo Montilla o similar.
- Pimienta negra recién molida.
- Una hoja de laurel.
- Perejil fresco.
- 500 cc de una buena salsa de tomate frito,
en esta ocasión tiramos de bote, el que más nos guste.
- Ketchup.
- Aceite de oliva virgen extra.
- Sal.
Preparación:
Comenzamos por limpiar el exterior de los mejillones, quitamos lo más gordo raspando con un cuchillo pequeño.
Enjuagar y reservar.
Poner una cazuela grande al fuego con medio dedo de agua.
Agregar una hoja de laurel, el vino blanco y un poco de sal.
Cuando comience a hervir, agregar los mejillones y tapar dejando una rajilla para que salga el vapor.
Remover al minuto, tapar otra vez y dejar que abran.
Apartar del fuego y dejar que enfríen.
Sacar la carne de la cáscara y quitar los pelillos.
Colar el caldo y reservar medio vaso.
Poner una sartén al fuego con dos cucharadas soperas de aceite de oliva virgen extra.
Echar a dorar los ajos pelados y cortados en láminas.
Añadir el tomate frito, cuatro cucharadas soperas de kétchup y tres del caldo de cocción.
Poner un poco de pimienta negra recién molida y los mejillones.
Remover todo con cuidado de no romperlos.
Servir acompañado de unas rebanaditas de pan cateto tostado y un poco de perejil fresco picado sobre el plato cocinado.
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